Julio
Huayamave: las derivas performativas de una piedra.
Por Amalina Bomnin Hernández
En la XV edición del mencionado evento (2017), tuvo lugar un episodio que
casi viraliza mediáticamente la acción del performer Julio Huayamave
(Portoviejo, Ecuador, 1978). Julio es un tipo que habla hasta por los codos
(dicho en argot popular cubano), pero con lo ocurrido en ese mes de junio, en
la Universidad de las Artes, probablemente se quedara sin palabras oportunas
para describir lo sucedido.
El festival ostenta, como propósito principal, que los artistas
participantes intervengan el espacio público; teniendo en cuenta que en
Guayaquil las ordenanzas municipales prescriben unas restricciones en el uso de
las áreas públicas que regula de manera extrema, e indebidamente gestionada,
las interacciones de la ciudadanía con su entorno. Anteriormente, he aludido lo
mencionado porque, en una ocasión, tuve en mi clase, a un grupo de estudiantes
que fueron recriminados por los metropolitanos, quienes dispusieron que
abandonaran cierto parque so pretexto de que el “césped podía gastarse”.
La performance Distopía[2] que debía
presentar Huayamave en 2017, tenía su origen en una performance butoh anterior titulada Ciborg (2015),
que concibió para el momento en que el Papa Francisco visita Ecuador. Valga
subrayar que la campaña mediática para la llegada del pontífice rayó lo
devocional, en medio de un escenario sociopolítico marcado por manifestaciones
de rechazo a los manejos correístas. Huayamave en esta acción deviene en ciborg
que carga en mochila térmica unas semillas germinadas guardadas en piedras de
hielo. Cubre su rostro con gafas de sol y una máscara de plástico. Interactúa con
marcos vacíos en franca alusión a la campaña mediática a favor de la figura
pública de origen argentino[3].
Las piezas más polémicas fueron las vallas ubicadas a lo largo de las
vías principales de Quito y Guayaquil;
en ellas, el rostro sonriente del Sumo Pontífice aparecía a la izquierda,
rodeado por un círculo cromático, fragmentado en mosaico que completaba una
especie de marca país adaptada a las circunstancias. Las frases que acompañaban
cada valla parecían justificar alguna premisa del régimen: “Debe exigirse la
redistribución de la riqueza” -aunque la declaración original del Papa era
“distribución”, no “redistribución” (…) Poco o nada se habló de los abucheos en
contra del régimen o de los ciudadanos coreando “Fuera Correa, fuera”[4].
En el 2016 el artista produjo una impronta sonora concebida desde el
género noise que incluía ruidos de la
ciudad guayaquileña. Como colaboradores invitados estuvieron Paola Mayer, Juan
Ripalda, y Juan Carlos González. El registro sonoro estuvo a cargo de Juan
Carlos González. La pieza llevó por título “El parche de Kennedy”, se realizó
en la avenida homónima y consistió en ciertas acciones corporales unidas a
sonidos citadinos. Se establecía un juego con los sentidos controversiales
asociados a la figura del líder, su rol al filo del sentimiento antimperialista
liderado por Cuba, y el efecto impostado que resuena al llamar calles, avenidas
y plazas nacionales con nombres gringos.
El día que Huayamave debía presentar Distopía, en el mencionado
festival, hizo su entrada por la puerta principal de la institución (Malecón
2000) con una piedra en sus manos. Esta particularidad unida al atuendo poco
usual que identifica a sus performances fueron suficientes para que un guardia
interrumpiera su paso sin dejarle acceder al Pasaje de Illingworth. Vestido con
pantalón, sin camisa, con cadenas, ciertos artefactos en la cabeza, y cualquier
elemento heteróclito que pueda leerse como alusivo a lo primigenio y residual,
era cargado por el performer, quien suele ser conocido por sus irrupciones en
espacios públicos llevando consigo alimentos, huesos, ramas de árboles,
enseres, su cuerpo pintado, y en su apariencia siempre hay relaciones con los
diseños de estética butoh.
De impedir, a nivel verbal, el paso del artista, el momento pasó a
tornarse violento. El guardia comienza a intervenir el movimiento a través de
la entrada sosteniendo a Julio mientras éste trepaba las rejas para acceder a
la universidad a pesar de la custodia del terco agente del orden que se negaba
a dejarle pasar con la piedra en la mano. Valga señalar que desplazarse medio
desnudo, como suele hacerlo Julio para realizar sus acciones, clasifica como
casi porno para Guayaquil. Las atávicas costumbres de la ciudad (léase el país)
no conciben como decente semejante atuendo. Aunque no fue el caso particular de
esta acción. Sólo tenía descubierto el torso en esta oportunidad.
Sin entrar en detalles, fueron varios los guardias, policías y agentes
del orden que aparecieron sorpresivamente a intentar detener a un hombre menudo,
que apenas alcanza los 53 kg. Pero el desvarío no terminó ahí. Cuando se
compartió el video en redes las personas comenzaron a despotricar de Huayamave
tildándolo como delincuente, bandido, y atribuyéndole todo tipo de calificativo
negativo; cuando en cambio exaltaban las reacciones de los gendarmes.
Mariuxi Ávila, artista y gestora cultural, quien
tiene lazos de parentesco con el artista, editó la impronta sonora que,
originariamente, fue producida por Huayamave y sus colegas para la edición XV
de “Fragmentos de Junio” del año precedente. Se suponía que el artista llegara
al lugar sin dificultades para realizar ciertas acciones que remiten a un
universo distópico donde, consuetudinariamente, los cuerpos sienten el peso de
una ley arbitraria que dificulta hasta la actividad de negocio informal más
inocua. Los vendedores de agua suelen trepar por las rejas altas que enmarcan
al paseo del Malecón 2000 como animales que huyen de sus depredadores. La
rapidez y astucia que han desarrollado para huir de los guardias
metropolitanos, que suelen ser abusivos en sus tratos y desmedidos desplantes,
constituye un espectáculo que raya en lo absurdo y abominable.
La piedra de Julio es también la de Pedro, por quien se edificó la
iglesia. Gracias a él, el pontífice Papa Francisco visitó Ecuador, Bolivia y
Paraguay, los tres países más pobres de Sudamérica. Supuestamente, la iglesia
es una institución dispuesta también y, sobre todo, para los humildes. El
gobierno de Correa mantuvo una postura de acompañamiento a los sectores
vulnerables desde los presupuestos del Sumak
Kawsay, aunque por el camino se le olvidara y firmara la Ley de Minería;
aunque también se olvidara y persiguiera a sus opositores políticos; además,
aunque por el camino del socialismo del siglo XXI Ecuador se convirtiera en el
país donde se difuminó ese eufemismo. Aquí se extinguió ese fuego fatuo que él
mismo llegó a promover dentro de su mandato presidencial como el “sueño
ecuatoriano”.
Observo la piedra de Huayamave y no puedo evitar pensar en la imagen del monumento fúnebre que le construyeran a Fidel en el cementerio de Santa Ifigenia, en Santiago de Cuba, sobre todo, porque conocemos las relaciones que vinculan a Rafael Correa con la extinta Revolución cubana. Que los gobiernos subsiguientes han dejado aún más convulsionado al país, también es cierto. Decía José Martí: toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz. Así quedó sellado el efecto de Fidel Castro en su monumento funerario, mediante un recurso pétreo que sintetiza sus supuestas gestas emancipatorias. Si es que realmente ha habido alguna habría que, literalmente, quebrar esa piedra para advertirlo. De ser posible, teniendo en cuenta que la ciencia avanza por caminos insospechados, si el apóstol renaciera advertiría, no con escaso asombro, cuán lejos de su ideario quedó el legado castrista y cuánta distorsión empaña su pensamiento que dista muchísimo del maremágnum represivo y violento que ha quedado como saldo del socialismo.
Nos preguntamos entonces dónde podría caber la distopía que asola a la
isla hoy. ¿Dónde y cómo podría conceptualizarse la imagen de un país que ha
dejado a sus hijos sin gloria y también sin maíz? Esto aplica para Cuba y
también para Ecuador, pero si lo estiman pueden suscribir otros nombres a esta
lista. Por estos días observaba un comentario en las redes sociales que se
encauzaba desde el supuesto de que, si miramos con ojeriza tanto a partidismos
de izquierda, como de derecha, es porque estamos incurriendo en ignorancia. Se
advierte en el planteamiento la carencia de conocimientos políticos,
históricos, y filosóficos, además de la inocencia de no percatarse que tales
contiendas partidistas solo consiguen distanciarnos en la búsqueda de
soluciones a las problemáticas que nos apremian.
A la psicología social le compete, por su propia
naturaleza, propiciar un proceso de desideologización, es decir, de
desenmascaramiento de un “sentido común” que justifica y viabiliza
subjetivamente la opresión de los pueblos. Este sentido común tradicionalmente
se ha apoyado en esquemas religiosos que, en la actualidad, van siendo
sustituidos por esquemas de democracia formal al estilo norteamericano, las más
de las veces vacíos de sentido en las condiciones latinoamericanas. Un quehacer
desideologizador requiere que la psicología social:
a) Asuma la perspectiva de las mayorías
oprimidas
b) Desarrolle investigaciones
sistemáticas sobre la realidad de esas mayorías
c)
Utilice en forma dialéctica ese conocimiento, comprometiéndose en
los procesos históricos de liberación popular[5].
Si de derechas o izquierdas se tratase, tendríamos que volvernos hacia
el panlogismo de Hegel cuando planteó “la identidad de los contrarios” pues, al
menos, en lo referente a violaciones de derechos humanos, ecológicos, cívicos,
migratorios, laborales, la competencia está reñida para ambas caras de la díada
partidista. Si nos atenemos a las alusiones simbólicas del ámbito religioso la
piedra nos remite a la belleza, el valor, la artesanía divina. En la tradición
judía las piedras se colocaban en las tumbas porque connotaban la vida eterna.
Huayamave siempre nos provoca, y consigue, hasta sin quererlo, mostrar el
costado flaco y arbitrario de la supuesta noción de orden en una ciudad que le
niega el paso a un hombre inofensivo, y donde, seguramente, muchos no se
atreven a enfrentar las verdaderas amenazas a la libertad y la libre expresión.
Referencias bibliográficas:
Martín-Baró, Ignacio (2006): Hacia una psicología de la liberación,
Psicología sin Fronteras, Revista Electrónica de Intervención Psicosocial y
Psicología Comunitaria, El Salvador: Universidad Centroamericana “José Simeón
Cañas”.
-_______________ (1985). La encuesta de opinión pública como instrumento
desideologizador. El Salvador: Cuadernos de Psicología, 7.
-_______________ (1985). La desideologización como aporte de la
psicología social al desarrollo de la democracia en Latinoamérica. El Salvador:
Universidad Centroamericana “José Cimeón Cañas”.
- Sol
Borja, María: La visita del Papa Francisco a Ecuador. Una mirada desde la
comunicación, Tendencias, Jul 27,
2015.
[1] Jorge Parra decide nombrar Fragmentos de Junio al festival a
partir de una crisis institucional en la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas
que concluye en huelga laboral indefinida. Desde ese momento se realizan una
serie de acciones contestarías de carácter diverso donde colaboraron artistas
de todo el país. Las acciones iniciaron en junio 1993, y continuaron hasta el
mes siguiente teniendo, incluso, una recepción notable en los medios.
[2] Para la presentación de esta pieza, que se vio interrumpida
por la irrupción de las fuerzas del orden, el artista utilizó una edición
sonora de “El parche de Kennedy”, realizada por Mariuxi Ávila. El registro
estuvo a cargo de Francisco Valdivieso.
[3] La producción de esta pieza estuvo a cargo de Planthame
sur.realidades y del registro fotográfico se encargó Mariuxi Ávila.
[4] Sol Borja, María: La visita del Papa Francisco a Ecuador.
Una mirada desde la comunicación, Tendencias,
Jul 27, 2015.
[5] Martín-Baro, Ignacio (1985). La desideologización como
aporte de la psicología social al desarrollo de la democracia en Latinoamérica.
El Salvador: Universidad Centroamericana “José Cimeón Cañas”, p.2